1. Falta de atención de los padres
Una persona se encuentra con este escenario en la infancia, en los primeros años de vida.
Cómo se produce el trauma
El primer año de vida es el momento en que el niño aprende las reglas del mundo y cómo funcionan las relaciones entre las personas. Es totalmente dependiente de sus padres y tiene muy pocas formas de mostrarle lo que necesita. Los adultos deben ser conscientes de ello.
Si los padres siempre responden al llanto o a las muestras de ansiedad, el niño entiende que el mundo es un lugar seguro. Basta con expresar una necesidad, y los seres queridos intentarán ayudar. Lo principal es hacerse oír.
Si los padres ignoran al bebé, no prestan atención al hecho de que está muy asustado, molesto o incómodo, el niño aprende: el mundo no se preocupa por sus necesidades. Por lo tanto, es necesario hacer frente de alguna manera por su cuenta. Y tratar de entablar relaciones con los demás no es más que un derroche de energía.
Los próximos años pueden reforzar esta actitud ante el mundo. Y convencerte de que lo principal es desarrollar tus propias capacidades, no la habilidad de relacionarte con la gente. Al fin y al cabo, de todas formas es inútil contar con la ayuda de los demás.
Qué causan los miedos
Sobre todo, una persona tiene miedo de no ser lo suficientemente fuerte, inteligente y resistente, es decir, de quedarse sin medios que le ayuden a afrontar los problemas de forma independiente. Los intentos de acercarse, puede percibirlos como otro atentado contra sus recursos. Al fin y al cabo, gastará sus fuerzas y emociones en algo poco importante, y para sus propias necesidades ya no serán suficientes.
He aquí algunos signos de contra-dependencia de este tipo:
El deseo de controlar cualquier situación.
La necesidad de estar seguro de tener razón.
Incapacidad para pedir ayuda y reconocer así su vulnerabilidad.
Rechazo de la ayuda ofrecida.
Esforzarse por ser irreprochable y exigir lo mismo de los demás.
Desprecio por los más débiles.
Cómo actuar
Si se ve a sí mismo en esta descripción, tiene que empezar por admitir que hay un problema. Tienes verdadero miedo a las relaciones porque no quieres sentirte vulnerable. Te das cuenta de que es imposible controlar a la otra persona y de que el destino de tu pareja dependerá de algo más que de ti.
Merece la pena intentar relajarse y permitirse ser imperfecto. Para empezar, al menos en las pequeñas cosas.
Cuando estés convencido de que el mundo sin tu control no se ha derrumbado, podrás confiar en él y en más cosas. Por ejemplo, intenta confiar a veces en tu pareja. Así, paso a paso, podrás desarrollar la capacidad de confiar en otro. Entonces será posible construir una relación realmente fuerte.
2. Pérdida de un ser querido
Esta pérdida afecta al niño sobre todo en los primeros años de vida, pero incluso a una edad más avanzada puede ser difícil librarse de sus consecuencias.
Cómo aparece el trauma
Todo va bien con el bebé: crece y se desarrolla perfectamente, los seres queridos están pendientes de él. Pero, de repente, uno de sus familiares desaparece de su vida. Por ejemplo, hay un divorcio y uno de los padres se va de casa.
El niño suspira, se preocupa y no puede entender por qué ha ocurrido el desastre y qué hacer para evitar que vuelva a ocurrir. Unos seres queridos atentos pueden ayudarle a superar esta crisis. Pero a menudo ocurre que el propio segundo progenitor tiene dificultades para hacer frente a las emociones. No tiene fuerzas para apoyar también al niño.
Entonces el hombre en crecimiento concluye: lo principal – no te apegues a nadie, entonces y sufrir no tendrá que hacerlo. Y en el futuro va a tratar de no caer en el amor y no deje que en su vida, de quien puede anhelar fuertemente.
Qué causan los miedos
El principal temor es volver a experimentar el dolor de la pérdida. Una persona tiene miedo de apegarse tanto a otra que la relación se convierta en una parte significativa de la vida. Por lo tanto, se lanza de cabeza al trabajo o a las aficiones. Llena todo su tiempo libre con deportes o actividades sociales. Intenta no perderse ningún acontecimiento de su interés: exposiciones, conciertos, estrenos de cine o partidos de fútbol.
Todo esto viene a demostrar: hay cosas mucho más interesantes que las relaciones. Y una cosa siempre puede ser sustituida por otra.
Qué hacer
Si éste es tu retrato, de nuevo, empieza por analizar. Intenta comprender cuáles de tus aficiones son realmente importantes para ti y con cuáles sólo intentas llenar tu tiempo.
Encuentra en tu perspectiva y carácter lo que consideras más importante. Esta es la base, el núcleo, en el que siempre, pase lo que pase, podrás confiar. Intenta sentir tu propio valor y confianza en tus capacidades.
Intenta compartir algunas de tus aficiones con los demás. Y haz amigos, no sólo compañeros ocasionales. Así verás que el entendimiento entre las personas es mutuo, no necesariamente un apego total.
Intenta construir una relación con tu pareja como una persona independiente y autónoma, en lugar de convertirte a ti mismo o a él en un «alma gemela». Si le resulta difícil, consulte a un psicólogo.
3. Traición en relaciones pasadas
Puedes enfrentarte a este tipo de pérdidas a cualquier edad.
Cómo aparece el trauma
Una persona tiene una relación que valora mucho. Aparece un amante, los encuentros con él son alegres y dan felicidad. Parece que los miembros de la pareja están abiertos y confían plenamente el uno en el otro.
Y entonces ocurre la traición. El compañero engaña o simplemente se va. Ocurre que rompe la relación de repente, sin importarle lo doloroso que será el golpe para el que se quedó.
Entonces la persona traicionada y abandonada llega a la conclusión de que no se puede confiar en nadie. Ni siquiera en aquellos que parecen cercanos, sinceros y pretenden comprenderte y valorarte.
Si en el caso anterior una persona decide que no debe apegarse a nadie, en esta situación va aún más lejos. Decide que ser sincero es una debilidad que está abocada al dolor y a la decepción.