Por qué es importante descansar
Sobrecargamos el cerebro con información
Durante el día, el cerebro pasa horas procesando información y conversaciones. Si no lo deja relajarse, su estado de ánimo, su productividad y su salud se resentirán. Por eso el descanso mental -períodos en los que no te concentras ni interactúas con el mundo exterior, sino que dejas que tus pensamientos floten en las nubes- es tan esencial.
Hoy en día, cada vez destinamos menos tiempo a ese tipo de relajación. «La gente se trata a sí misma como máquinas», dice Matthew Edland, director del Centro de Medicina Circadiana de Florida. – «Regularmente se sobreesfuerzan y trabajan en exceso.
Nos parece que la mejor forma de tener éxito es ser lo más productivo posible. Pero este enfoque puede conducir al resultado contrario.
Piensa en ese estado de zombi en el que caes después de una larga reunión de trabajo o un día de locos. No puedes pensar con claridad, olvidas cosas importantes, cometes errores y acabas haciendo menos de lo que pretendías. El ajetreo constante de la vida pasa factura a la productividad, la creatividad y la felicidad.
«El cerebro necesita descansar», dice Stuart Friedman, autor de libros sobre liderazgo y equilibrio entre la vida laboral y personal. – «Tras un descanso mental, el pensamiento creativo funciona mejor, se pueden tomar decisiones con más facilidad y se empieza a disfrutar de lo que se hace.
No dejamos que el cerebro se recupere
El cerebro tiene dos modos básicos de funcionamiento. El primero está orientado a la acción. Nos ayuda a centrarnos en las tareas, resolver problemas y procesar la información entrante. Se activa cuando estamos trabajando, viendo la televisión, navegando por Instagram o interactuando con la información de cualquier otro modo.
Además, existe la red de modo pasivo del cerebro (SPRRM). Se activa cuando estamos inactivos, soñando despiertos o inmersos en nosotros mismos. Si estás leyendo un libro y de repente te das cuenta de que no puedes recordar las dos últimas páginas, significa que tu SPRRM se ha activado y estás pensando en cosas ajenas. Puedes permanecer en este estado durante horas, por ejemplo, mientras paseas por el bosque.
La SPRRM debe activarse todos los días: ayuda al cerebro a recuperarse. Según la neuropsicóloga Mary Helen Immordino-Yang, la SPRRM nos ayuda a consolidar la información, a entendernos a nosotros mismos y lo que ocurre en nuestras vidas. Se ha relacionado con el bienestar y la creatividad.
Hay que agradecer a la SPRRM que hayamos resuelto espontáneamente un problema que no se nos había ocurrido hasta que apartamos los ojos de él. Según los investigadores, los escritores y los físicos tienen al menos el 30% de sus ideas creativas cuando están ocupados en algo no relacionado con el trabajo. El SPRRM también desempeña un papel importante en la formación de recuerdos. Se produce activamente justo antes de quedarse dormido.
Cómo descansar mentalmente
Hay que tomarse descansos varias veces al día. Stuart Friedman aconseja tomarse un descanso cada 90 minutos o siempre que empiece a sentirse agotado, no pueda concentrarse o esté atascado. «Lo más importante es dejar de pensar que el descanso es un lujo que mina tu productividad», dice Immordino-Young. Es justo lo contrario.
Dedícate a algo que no requiera esfuerzo mental
Lavar los platos, trabajar en el jardín, pasear, limpiar y otras actividades similares son terreno abonado para la activación de la SPRRM. Normalmente nos sentimos culpables de la ociosidad y las nubes, y durante tales actividades puedes relajarte mentalmente.
Guarda el teléfono
La mayoría de la gente coge el teléfono sólo por aburrimiento, pero ese hábito nos quita la oportunidad de relajarnos. Intenta apartar el smartphone y mantente concentrado en él. Por ejemplo, cuando esté haciendo cola o esperando a alguien. Observe cómo se siente cuando hace esto. Es probable que al principio te pongas nervioso, pero pronto empezarás a prestar atención a lo que te rodea o a absorberte en tus pensamientos.
Dedica menos tiempo a las redes sociales
Las redes sociales son el enemigo por excelencia del descanso mental. Además, crean una idea equivocada de la vida de los demás, porque sólo vemos la imagen perfecta. Todo esto, unido a noticias molestas, provoca estrés.
Durante unos días, controla cuánto tiempo pasas en las redes sociales y cómo te hacen sentir. Limita tu tiempo en ellas a 45 minutos al día, por ejemplo. O reduce tu lista de amigos, dejando sólo a aquellos con los que realmente disfrutas socializando.
